Frisones de la Cruz, es una ganadería dedicada y especializada a la cría, doma, venta y exportación de caballos de pura raza frisón, manteniendo siempre un nivel de calidad y cuidado óptimo de sus ejemplares.
Nuestra política de funcionamiento está basada en la seriedad, transparencia y la calidad, tres pilares básicos en la sociedad actual.
La seriedad es un elemento básico, es el día a día de nuestra empresa. El consumidor de hoy en día sabe lo que quiere y nosotros debemos satisfacer esas necesidades con la mayor facilidad y claridad para este.
La transparencia es el resultado de la seriedad. En nuestra empresa los clientes disponen de toda la información necesaria en todo momento, documentación, veterinarios, así como probar los caballos antes de adquirirlos.
La calidad, es una palabra con muchos significados, uno para cada persona, ya que cada una de ellas antepone sus gustos y necesidades. La calidad de nuestros caballos esta más que demostrada en concursos morfológicos, tanto en España como en Holanda. Pero la verdadera calidad es saber que caballo es el más adecuado para cada persona, no sirve de nada tener un gran caballo, con multitud de premios si al final no lo puedes disfrutar de él porque no puedes montarlo.
El caballo Frisón es la razón de nuestra existencia, vivimos por y para este caballo, anteponiendo el bienestar del caballo antes que el nuestro. Somos conscientes que nuestros clientes buscan en el caballo, una salida a los problemas del día a día y muchas veces, el caballo pasa a formar parte de la familia.
Por esto, es de vital importancia la seguridad a la hora de adquirir un caballo, el dejarse asesorar de la necesidad de cada persona, el saber de dónde viene el caballo, como ha sido cuidado. Todos los ejemplares que tenemos en nuestras instalaciones han sido domados por nosotros y esto hace que tengamos el perfil de comportamiento exacto de cada caballo.
Frisones de la Cruz se encuentra en un entorno natural privilegiado, rodeada de arrozales y con vistas a la desembocadura del río Ebro. Un lugar perfecto para la cría y cuidado del Frisón.
Los orígenes de Frisones de la Cruz, se remontan a finales de los años 60, Juan de la Cruz y Maria Cinta adquirieron una pequeña finca en las afueras de L’Aldea, donde por aquellos tiempos labraban la tierra y criaban ganado bovino, fue entonces cuando adquirieron sus primeros caballos, en un principio para labrar la tierra. En aquella época el matrimonio tenía un hijo Juan y Sofia, ya en una edad temprana despertó el interés por los caballos, por ello Juan de la Cruz adquirir más caballos para poder así montar sus hijos y trabajarlos en doma. Por esta familia pasaron varios caballos de diferentes razas y donde padre e hijo llegaron a hacer espectáculos por toda Cataluña. A finales de los 70 y principios de los 80 llegaron al mundo dos hijos varones, Oriol y J.Manel, los cuales fueron criados ya desde temprano en el mundo del caballo, con apenas 6 años su padre les regalo una burrita, la cual hicieron las mil peripecias con esta, la domaron, hacia alta escuela, pero ellos querían subir a los caballos. A los años la burrita falleció, así que el padre no tubo más remedio que adquirir un caballo negro, que era lo que realmente les gustaba a los pequeños de la casa, ese caballo se llamó Blaky, era un caballo Español.
Con este caballo Oriol, hizo furor en la zona, él se lo domo y realizaba espectáculos en los diferentes pueblos de la zona, el apenas tenía 10 años.
Debido a la gran afición de los hijos, Juan de la Cruz, amplio sus cuadras, y lo que empezó siendo una afición, paso a ser una forma de vida.
Los hijos mayores, tomaron diferentes caminos, se casaron y poco a poco se alejaron de la vida del caballo, pero en casa quedaban los pequeños, Oriol y Manel, cada uno con un estilo de pensar diferente, pero con algo en común, los caballos negros.
Después de un viaje a los Países Bajos realizado por Juan de la Cruz y tras contemplar estos caballos de belleza y nobleza espectacular cuando decidió traer estos caballos negros. Fue tal el agrado por parte de los hermanos, de esos caballos negros cuando se empezó a incrementar el interés por esta raza.
A la vista de lo que fue aconteciendo, el interés por los caballos frisones aumento considerablemente ya que, no solo se adaptó a nuestro país sino que su elegancia tanto en enganche como en doma de alta escuela hizo que quedaran prendados de la raza.
Así pues, se decidió importar, con estrictas revisiones y medidas, más ejemplares para expandir esta noble raza en nuestra nación. Generación tras generación, Oriol de la Cruz y su hermano J.Manel de la Cruz, hijos del fundador, han realizado un intenso y duro trabajo que ha sido recompensado, pues la Asociación Nacional del Pura Raza Frisón les ha nombrado miembro de Honor de este órgano reconocido por el Frisian Paarden Stamboek, los ha acreditado como los mejores representantes de esta raza a nivel nacional.
Actualmente, el principal objetivo de la familia De la Cruz es dar a conocer este espectacular caballo y tienen el privilegio de contar en sus cuidadas instalaciones con un gran abanico de ejemplares de todas las edades. Pero las cosas, en esta ganadería no salen bien por casualidad. Han sido muchas enseñanzas recogidas en Holanda, muchas horas empleadas en estudiar y en aplicar lo allí aprendido. Parte del éxito de De la Cruz con sus extraordinarios Frisones ha sido debido al perfecto periodo de aclimatación de los potros, tanto en su país de origen como en su nuevo emplazamiento en el Delta del Ebro.
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